La ciudad del Departamento del Norte de
Haití estaba en relativa calma en la mañana, tras un día de tensiones el
jueves. La policía estaba desplegada en las calles.
Moise, asesinado el 7 de julio por un
comando armado en su domicilio de la capital, Puerto Príncipe, era originario de la región vecina a la de su lugar de entierro, también en el
norte.
Su ataúd, cubierto por la bandera nacional
y la banda presidencial, estaba expuesto en una explanada adornada de flores.
Los restos eran custodiados por soldados de las Fuerzas Armadas de Haití.
La viuda del presidente, que resultó
gravemente herida en el ataque nocturno, estaba presente en Cabo Haitiano, con
el brazo en cabestrillo tras ser atendida en un hospital en Florida, al sur de
Estados Unidos. Representantes de delegaciones extranjeras, del cuerpo
diplomático y miembros del gobierno se turnaron para ofrecerle el pésame.
La muerte de Jovenel Moïse reavivó
las tensiones históricas entre el norte de Haití y el oeste, donde está la
capital, Puerto Príncipe.
Fuente: Agencias internacionales de
prensa.

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