Jaquimeyes, Barahona.- La muerte de millares de peces, cuya habitad es la Laguna de la Sierra, al pie de la Loma del Curro o Punta Martín García, han muerto afectando sensiblemente a familias de varias comunidades de la “Cuenca Baja del Yaque del Sur” que viven de la pesca y que, si no hay una intervención de las autoridades dice esperar “lo peor” debido a tal situación.
La muerte de varias especies ha reducido a
cero la economía de cerca de un centenar de pescadores de Jaquimeyes,
Pescadería, Habanero, La Hoya, Fundación, Vicente Noble, Canoa, Palo Alto, Hato
Viejo y otras comunidades de la zona, cuyas familias han sufrido serios
desequilibrios por lo antes expuesto.
Ciudadanos como el ingeniero Domingo
Florián, exalcalde de Jaquimeyes; el pastor Teodoro Matos Custodio, de la
Iglesia de Dios Pentecostal, el dirigente comunitario Luis Beltré y el joven
estudiante Sardy Matos Matos, temen que para los próximos días les podría esperar
lo peor.
“Esto a causa de la muerte de miles de
peces, tras la sequía que desde diciembre afecta la Laguna de La Sierra, en
cuyas aguas pescamos, pero hoy familias de Jaquimeyes y los demás pueblos citados estamos
a punto del colapso económico”, dijo el pastor Teodoro Matos.
Mientras, el dirigente comunitario Luis
Beltré aseguró que la situación se agravó en las últimas dos semanas, con la
aparición a orilla de la laguna de miles de especies muertas como tilapias,
siricas y mojarrias, entre otras.
“La mojarria, por ejemplo, es una especie en
estado de extinción en más de un 90%, y solo existe en las aguas de
esa laguna”, dijo Luis Beltré.
Aseguró que la cantidad de peces muertos
es enorme por los altos niveles de salinidad, cuyos peces han sido arrojadas a
lo largo de 10 kilómetros de la orilla de la laguna.
Estos líderes comunitarios explican que el
río Yaque del Sur alimentaba la laguna a través de un canal que se encuentra
sedimentado y abandonado, el cual parte desde las cercanías de Caona y Vicente
Noble, cuya agua llegaba por gravedad a la laguna La Sierra para disminuir la
muerte de miles de especies acuáticas y los daños que esto acarrea.
“Esto ha sido un duro golpe a la economía
y a la alimentación decenas de familias de comunidades que tradicionalmente
viven de la pesca y ahora se preparan para lo peor”, sostuvo Beltré.
Planteó que para salvar los peces que
permanecen con vida es necesario que la bomba de regadío que tiene instalada el
Consorcio Azucarero Central (CAC), y el Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos (INDRHI), en la comunidad de Bombita para que sea habilitada con el
canal natural, ya que con una semana de bombeo de nagua se devuelve la vida a
la laguna.
“Quisimos habilitar el canal que construyó
la desaparecida Industria Nacional Agro-Pesquera-Camaronera (INA), desde el Mar
Caribe, lo que tratamos de hacer con una retroexcavadora que nos diligenció el
ingeniero José del Carmen Montero, pero conseguimos ciertos inconvenientes y
abandonamos los trabajos”, cuentan los dirigentes comunitarios.
Estiman que el estanque tiene una
extensión entre 12 a 15 kilómetros cuadrados y que todavía le quedan unos diez
kilómetros de agua, pese a la sequía que la afecta rápidamente.
Solicitan al presidente Luis Abinader
instruir a los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura, a organismos como INDRHI
e INDESUR y otros, para que afronten esa
problemática.
“Porque esa laguna es el medio de sustento
y producción de cientos de familias que tradicionalmente han vivido de la pesca”,
remachan.
Explican que si durante una o dos semanas a
la Laguna de La Sierra le entra agua del mar Caribe o del río Yaque del Sur, o
de ambos lados a la vez, el nivel de la sal tiende a bajar y evitaría la muerte
de las especies acuáticas que hoy mueren.
Existen cuatro conductos desde los citados
caudales, estos podrían ser habilitados para llevar las aguas a la Laguna de La
Sierra y así evitar males peores.

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